En la película, Christopher Walken y Louise Fletcher interpretan a dos brillantes científicos que descubren un método para grabar y reproducir las sensaciones experimentadas por el ser humano. El Ministerio de Defensa estadounidense se interesa en esta técnica debido a su pontencial como herramienta de entrenamiento y en otros campos más oscuros a nivel de Inteligencia de Estado, con lo cual el conflicto y la trama están servidos. Fue una película que me impresionó en su momento y en la que destacaban los gráficos generados por ordenador. Una reciente revisión de la misma me ha demostrado que ha envejecido con mucha dignidad.





Paul Rudolph es un interesantísimo y reputadísimo arquitecto americano firme seguidor de los postulados estéticos del Movimiento Moderno, siendo además uno de los grandes nombres del brutalismo en EEUU. Sus mastodónticas obras son veneradas por unos y despreciadas por otros (por supuesto este blog se cuenta entre los primeros), aunque esto no es nada nuevo y si venís siguiendo esta bitácora ya sabréis que los edificios construídos en este estilo arquitectónico polarizan a la sociedad creando fieles adeptos o acérrimos detractores, no hay término medio.Más información sobre este increíble arquitecto en el blog de la Fundación Paul Rudolph y en su grupo de Flickr, el cual recoge abundante información y fotos de la sede de la Burroughs Wellcome.

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